Eva Bellido // Oropesa
Más de 200 vecinos de Orpesa lucharon por sobrevivir a un apocalipsis zombi, gracias a una insólita yincana incorporada este año, como novedad, a la programación navideña.
La expectación ya era, desde semanas atrás, máxima. De hecho las plazas para poder participar se agotaron rápidamente para esta primera edición.
Desde jóvenes a adultos se atrevieron a formar parte del juego, en el que tuvieron que ir superando todo tipo de pruebas esquivando a los zombis que les fueron persiguiendo por distintas zonas y puntos emblemáticos del municipio.
Y es que, a quien tocaba un muerto viviente, lo transformaba. Le maquillaban en el punto de encuentro fijado en el polideportivo Carlos Taulé y volvía, pero en el lado de los muertos vivientes.
Apuesta de renovación
Así fueron pasando pruebas, transcurriendo por lugares como el ayuntamiento, el Espai Cultural, la oficina de turismo de la playa de la Concha o la Torre del Rey, en un recorrido de hasta 25 kilómetros, según explicó la concejala de Fiestas, Jennifer Casañ.
También indicó que es «la primera vez que se realiza un evento de este tipo en Navidad» en una apuesta «por la renovación de los actos». Y es que, según indicó, el objetivo era «implicar a personas de todas las edades en un mismo evento por la localidad, con el único fin de pasarlo bien».
La propuesta contó con la presencia de actores de una empresa, que eran los que inicialmente iban caracterizados de zombis, aunque también miembros de alguna peña del municipio.
Y los oropesinos, que poco a poco se transformaron. Incluso participó la propia alcaldesa, María Jiménez, en una muestra más de su activa presencia en todos los festejos locales, así como concejales como Casañ, Micaela Bermúdez o Gonçal Tamborero. Tanto ellos, como los otros vecinos, iban en grupos y preparados con sus mapas, linternas, comida y bebida.
El juego se inició con un espectáculo en la plaza Mayor para caldear el gélido ambiente y afrontar la terrorífica noche.