Un equipo formado por la Fundación Oceanogràfic y la Fundación Azul Marino ha retirado cerca de 200 kilos de redes de pesca perdidas, conocidas como redes fantasma, a unos 30 metros de profundidad frente a la costa de Orpesa. La actuación forma parte del programa de recuperación de hábitats marinos de la Comunitat Valenciana, con la colaboración de Versemar, la Generalitat Valenciana y el sector pesquero.
Una trampa invisible bajo el mar
La red fue detectada hace un año por un grupo de pescadores, que alertó a las autoridades tras observar una malla enredada en una estructura de hormigón sumergida. Con el paso del tiempo, se convirtió en una amenaza tanto para la fauna marina como para la propia actividad pesquera de la zona.

El operativo, apoyado por los vigilantes ambientales de Orpesa, se desarrolló entre los 20 y 40 metros de profundidad, en un enclave de gran biodiversidad donde habitan meros, sargos, corvinas y numerosos invertebrados.
Buceadores profesionales de la Fundación Oceanogràfic y de Versemar emplearon globos elevadores para izar la red sin dañar el entorno marino.

De los fondos al laboratorio
El material recuperado fue trasladado al puerto y actualmente se encuentra en las instalaciones de la Fundación Azul Marino, donde los técnicos realizan un cribado minucioso para identificar posibles organismos atrapados.
El área pasará además a formar parte de un programa de seguimiento científico destinado a favorecer su recuperación natural y promover futuras repoblaciones locales.

Más de tres toneladas recuperadas
Esta operación se enmarca en un programa más amplio impulsado por la Fundación Oceanogràfic con el apoyo de la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca y la financiación de INCUS CAPITAL.
Desde el inicio del proyecto, se han extraído más de tres toneladas de redes del fondo marino de la Comunitat Valenciana, una labor que contribuye directamente a la conservación de la biodiversidad mediterránea y a la salud de los ecosistemas costeros.