Redacción // Oropesa
El municipio de Oropesa del Mar ha celebrado la llegada de la estación primaveral con el denominado Martisor, una fiesta propia de la comunidad rumana que tiene lugar cada 1 de marzo y que, en los últimos años, se ha extendido hasta los países del Este como Bulgaria y Moldavia.
En el acto, que ha tenido lugar en el Espai Cultural, las mujeres y niñas que han asistido han recibido un adorno compuesto por un broche acompañado con hilos de color blanco y rojo, símbolos de la pureza y la vitalidad, que deberán lucir en su ropa hasta el próximo 8 de marzo, tal y como manda la tradición. Se trata de un detalle que representa “el antiguo comienzo del año agrícola y que trae suerte y felicidad” a quienes lo lucen, remarcó la traductora Ligia Lili.
Y, aunque el Martisor se ofrece a las mujeres, hoy en día también lo portan los hombres. El evento se enmarca dentro del proyecto ‘Compartiendo culturas’ que, tal y como explicó Viorel Bidae, mediador intercultural de la Agencia Pangea en el Ayuntamiento de Oropesa del Mar, “ofrece actividades y talleres durante todo el año con el fin de promover la integración entre todas las comunidades que viven en el municipio”.
Por su parte, el alcalde, Rafael Albert, que acudió al acto junto al concejal de Inmigración, Dimas Albert, quiso agradecer la labor tanto de la Policía Local como de la Guardia Civil “por su implicación en la mejora de la convivencia” y animó a todo aquel que esté interesado a contribuir en ella a aportar sus ideas para rescatar tradiciones y costumbres propias.
Además, el munícipe recordó que este año ya hay programados dos cursos de la Escuela de Acogida, “ampliables a tres en el caso de que exista mucha demanda”. Y es que el consistorio no cesa en su lucha en ‘pro’ del entendimiento y el respeto entre todas las culturas que conviven en Oropesa. Cabe destacar que, en la actualidad, existen unos 850 ciudadanos de nacionalidad rumana empadronados en el municipio.