Redacción // Oropesa
Oropesa acogió ayer una de las carreras más esperadas por los oropesinos que sirve para despedir el año de la mejor de las maneras: poniéndose en forma.
La emblemática San Silvestre, última prueba puntuable del II Circuito de Carreras Populares, llenó las principales calles de la localidad de espíritu navideño con disfraces de lo más divertidos y, además, impregnó cada rincón de solidaridad, pues los participantes pudieron donar productos alimentarios no perecederos para Cáritas.
Fueron cerca de 300 los ‘runners’ que se reunieron, poco antes de las 19.00 horas, en la céntrica plaza Mayor, para sumarse a esta emblemática prueba que constó de un recorrido corto pero intenso de tres kilómetros y cuya meta se situó en el mismo lugar que la salida, como ya viene siendo habitual.
Los ganadores
Jefferson Otalvaro fue el más rápido en completar el recorrido, con un tiempo de 9:24, seguido por Sergi Moreno (9:49) y Javier Lozano (9:53).
Por su parte, Paula Fabregat cruzó la meta en 11:34 y subió hasta lo alto del podio, donde estuvo acompaña por Paula Rojo (11:42) y la deportista oropesina Paloma Miravet, que paró el crono en 11:59.
Además, el grupo de chicas formado por Las uvas de la suerte fue elegido como disfraz ganador de este año, un galardón que fue a parar al club local Orpesa Corre.
La alcaldesa, María Jiménez, y el concejal de Deportes, Jordi Llopis, que también se han sumado a la prueba, fueron los encargados de entregar los trofeos a los primeros tres clasificados de las diferentes categorías.
“Ha sido una carrera muy rápida, ya que el tiempo del primero ha bajado de 9.30 minutos y el último corredor que ha entrado en meta lo ha hecho en menos de 24”, destaca el edil, quien explica que se trata de “la última prueba del año y la más corta pero, a la vez, la más alegre y divertida”.
Carreras infantiles
La carrera San Silvestre, que este año cumplió su novena edición, también citó a los deportistas más pequeños. Todos ellos pudieron participar en esta prueba a medida para los infantiles, que contó con tres salidas con distancias adaptadas a las edades de los participantes.
Y, al finalizar, recibieron de manos de la primera edila y el concejal encargado del área su correspondiente medalla y una bolsa de chucherías para poner el toque dulce a una jornada que unió deporte y solidaridad.